La Crónica de Hoy
DOMINGO 7 DE MARZO DE 1999

Un relato de la Edad Media

De la agonía al XTC: Partridge y Moulding en Los Angeles



Andy Partridge y Colin Moulding en San Diego, en 1980. Sus rúbricas, en la parte superior

Delia M., nuestra mujer en Los Angeles, entre Colin y Andy / fotos: DELIA M.

Delia M./Tijuana, B.C.

Cuando uno llega a cierta edad está implícito que adquieres calma y cambias de piel. Entran en consideración cosas como la estabilidad: no está uno para tantos reventones y lo que antes te producía entusiasmo a veces te da güeva. Y lo más importante: a uno ya no le debe de importar el rock, que se debe relegar a una fase de tu "juventud".

Por eso, el hecho de manejar dos horas y media desde Tijuana a la ciudad de Los Angeles, con la perspectiva de hacer cola durante no sé cuánto tiempo para obtener un autógrafo de Andy Partridge y Colin Moulding me pareció descabellado y fuera de las buenas costumbres.

Sin embargo, a partir de la salida del nuevo disco, Apple Venus Vol. 1 (Idea Records/TVT), he mantenido una dieta estable de manzanas y, para aumentar mi ansia, he leído los reportes de las demás ciudades de Estamos Hundidos, donde mis héroes musicales han estado en Nueva York para el lanzamiento del disco el 23 de febrero pasado. Crónicas de esperas larguísimas y temperaturas aberrantes, pero con buen ánimo por parte de los muchachos -- Colin (43), Andy (45). O como en Chicago, donde en una librería media yuppie, sólo apareció Andy, y hubo una sesión de preguntas y respuestas en la que se supo públicamente que a Partridge le gustaría reencarnar en una mesa de cocina (?); luego San Francisco, Toronto y finalmente Los Angeles (irónico que la firma de objetos fuera en el Virgin Megastore de Sunset, controvertido después de la larga disputa con esta firma para liberarse de un pésimo contrato discográfico).

A medida que la semana fue avanzado, empecé a urdir una serie de justificaciones. No es fácil ser fan de XTC. Para mantenerme en la línea de fuego he tenido que pasar por la comezón del séptimo año: el grupo no toca en vivo y le choca hacer videos, por lo que este tipo de convivencia es a lo único que podría aspirar.

Después de pasar por todo tipo de sentimientos, el nublado viernes por la mañana decidí ir a Los Angeles.

XTC ha sido el soundtrack de la mitad de mi vida. He sido una fiel escucha desde la primera vez que oí White Music, y como digna fan rabiosa con espuma en la boca, he estado atenta a todos sus cambios.

A medida que tragaba millas, el clima fue mejorando. Para mi llegada a LA, el día era espléndido, soleado y despejado con un bello cielo azul. Me dio grima al considerar que antes Los Angeles estaba más contaminado que la ciudad de México.

A inspeccionar el lugar de los hechos con cuatro horas de anticipación. Empecé a ver alguna gente con finta de fan (mirada perdida y ejemplares varios de cosas relacionadas a XTC). Salí con rumbo a Aaron's, magnífica tienda que aún vende vinil en Melrose, a la caza de Apple Venus en negro. Infructuosa.

Apple Venus es un disco medio de concepto que habla de cosas medulares como la vida y la muerte: los cambios. Partridge y Moulding son los Beatles de nuestra generación que parecen estar aquí para quedarse. Partridge tiene la habilidad de escribir una canción pop trascendente y en esta, su primera aventura orque-acústica, se le nota que sigue siendo ambicioso.

Moulding es la pareja perfecta de Partridge, con quien ha logrado mantener una relacion de más de 20 años. Lástima que Andy sólo lo dejó meter dos piezas (tiene fama de tirano).

De regreso a la tienda, la administracion todavía no quiere decir dónde empezar a hacer cola y casi son las cinco de la tarde. La firma es a las seis. Finalmente, con una pésima organización y actitud de la gente del lugar, avisan que será en el segundo piso, donde ya hay fanáticos esperando. Me toca como a los treinta y tantos.

A eso de las 6:30 llegan y la línea avanza lentamente. Debo decir que mi amigo y yo éramos los únicos mexicanos en este evento, puros anglos, gente que había viajado desde Seattle y un chavo que había venido desde Utah, acompañado por su mamá. Había familias con niños en carriola y, a pesar de que ya hacía frío, se percibía un ambiente cálido.

Al llegar mi turno encontré a un Andy Partridge de buen talante y forma y a Colin Moulding muy afectuoso y simpático. Les llevé a firmar una foto de una tocada en San Diego en 1980, con la que Andy le dio carrilla a Moulding por su peludez, y una versión mexicana de English Settlement. Andy dijo que nunca había visto esa edición. Le hablé de cómo su musica se aprecia en México y Latinoamérica, y Partridge comentó que no estaba muy consciente de ello.

Le pregunté su reacción ante esta gira promocional y dijo que estaba muy cansado, que no sabía qué era peor: si esto o tocar, que todavía faltaban dos semanas de gira por Japón y que no había anticipado tal cantidad de gente.

No me sorprendió el comentario, pues los chicos se toman la molestia de firmar lo que les pongas enfrente y contestan tus preguntas de una manera más que amable. No me imagino cómo sería un evento semejante con algunas estrellitas de rock mexicano.

En la firma había aproximadamente unas 300 personas. Cuando salí, vi al 50 por ciento de Café Tacuba, que andaban en Los Angeles en haceres discográficos propios, y estaban esperando su turno. Tenían el disco nuevo y la radiocaja para firma.

Después de despedirme, agarré el freeway y mientras un río de orquídeas tan virtual y cíclico como el de Partridge me acompañaba y con las llamas del optimismo quemándome, me imaginé que la próxima vez que encontrara a XTC tal vez podría ser en un escenario, promoviendo Apple Venus Vol. 2, o a la mejor no.

Como ven, I'd like that


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